Es tarde. Aún sigo despierta. Pero buscando en esta red infinita, llena de tesoros y peligros, la inspiración ha tocado mis sábanas y se me ha ocurrido empezar una nueva sección dedicada a la poesía. Ella, mujer tan escurridiza que miles de hombres han tratado de atrapar entre sus dedos ofreciéndole cuerpo y alma, ha sido mi compañía desde que empecé a leer por mi misma y descubrí que las palabras "bien avenidas" esconden música en su interior. Ella me acompañó en mis juegos infantiles; en los libros que me imponían en el colegio (pero que siempre guardaban algún pequeño tesoro escondido) y en los escogidos libremente; en mis intentos fallidos de atraparla con mi joven bolígrafo inexpeto; en mis primeros bailes románticos con el chico varias veces equivocado; enfin, en mis alegrías, en mis penas, en mi soledad, en mis fracasos...

No recordarla ahora sería deslealtad y egoismo. Deslealtad si olvidará las buenas horas que hemos pasado juntas y terminara una relación estrecha y armoniosa por descubrir nuevos horizontes. Egoismo si temiera compartir lo que me hace feliz e impidiera que otros puedan descubrirla. Pero como ni la deslealtad ni el egoismo son cualidades que me definan (seguramente tendré otras mucho peores) creo que lo mejor es dedicarle, con vuestra ayuda, este diminuto espacio en las nubes.

Y para inagurar la sección qué mejor que dos viejos poetas noctámbulos, cantores de libertad y eternos persiguidores de las "musas"; "dos pájaros" que han regalado momentos inolvidables a muchas personas y que, seguro, continuarán haciéndolo. Aunque está un poco desordenado, podéis ver el concierto completo. Vale la pena escucharlos hasta el final...