El pasado viernes, los pequeños alumnos de infantil, gracias a la colaboración de una de sus madres, tuvieron una hermosa sorpresa ya que dos crías de avestruz vinieron a compartir con ellos las horas en el colegio y, al contrario de lo que pudiera pensarse, en ningún momento mostraron el más mínimo gesto de desasosiego o desconfianza.
Como criaturas que apenas se han soltado de las faldas de su madre y empiezan a descubrir el mundo, su máximo deseo era estar lo más cerca de estos animales que les ofrecían una experiencia única en sus recien estrenadas vidas. Así, toda la mañana se sintieron atraídos por ellos, por lo que comían, por cómo andaban y, sobre todo, por el deseo de tocarlos. Su seño Puri, otra apasionada de los animales, disfrutó con ellos de una mañana distinta y también algo ajetreada, pero que a todos brindó la oportunidad de abandonar los libros y aprender de la madre Naturaleza.
Como por arte de magia, la noticia de la visita abandonó el aula de dos años y llegó hasta los alumnos de la ESO que, fascinados también como niños que son, esperaron poder ver lo que dificilmente solemos encontrar en las aulas. Sin embargo, al final, el encuentro no fue posible y sólo nos quedaron del paso de estos peculiares animales unas pocas fotos realizadas con el móvil, en las que podemos apreciar la curiosidad y absoluta confianza de unos pequeños que están descubriendo el mundo. Esperemos que la visita se repita y que esta vez todos puedan contemplarlos.