
A estas alturas de mi vida (no tengo ya los hermosos 15 años que ellos tienen), muy pocas cosas pueden sorprenderme y, por mi parte, no seguí la serie que consiguió desbancar del ranking de audiencias al todopodero y sempiterno Gran Hermano. Mis intereses eran otros, puesto que tenía que terminar de puntuar varios trabajos para poder cumplir con la eterna labor de todo profesor: calificar con una nota numérica, de 1 a 10, el esfuerzo de un trimestre. ¡No diréis que mi velada no fue de lo más atractiva!
Pero al llegar al centro esta mañana, los ecos de la serie televisiva aún se escuchaban en las aulas y provocaban comentarios asombrados entre los adolescentes incrédulos que siguieron el segundo y definitivo capítulo. Algunos de ellos defendían la teoría de que en el mundo no pueden existir lugares así; otros, en cambio, sostenían que la serie estaba basada en hechos reales. Como les digo siempre, en estos casos lo mejor que podemos hacer es informarnos y no entrar en discusiones inútiles que no conducen a nada. Y entonces recordé un documental que este verano vi en la red y que me dejó perpleja: Tranquility Bay. ¿Te atreves a verlo? (No te asustes si empieza en inglés, sólo es el principio...)
Después de esto, ¿sigues pensando que tus padres y profesores son duros contigo? Espero tus comentarios.


1 comentarios:
FELIZ NAVIDAD!!!! Y PROSPERO AÑO NUEVO ANITA!!!!
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